Las semillas de chía son fáciles de digerir, sus nutrientes son rápidamente asimilados por el organismo. Se puede tomar sin activar, tal como las encontramos. Aunque la forma más común de consumirlas es activándolas, con agua o zumos o batidos o bebida vegetal o yogurt (mejor de oveja o cabra ecológicos), ya que se formará un gel que hará que sean más absorbibles y se aprovechen mejor los nutrientes.
En ensaladas, se pueden añadir como tal, sin hidratar. O bien, se pueden activar poniéndolas en agua de mineralización débil, dejándolas reposar unos 10 minutos. Después se colarán y se añaden en las ensaladas.
Algunas sugerencias:
- Agua de limón con chía:
Se puede tomar 1 cucharada de postre, acompañada de 3/4 de vaso de mineralización débil y zumo de medio limón. Dejar reposar unos 10 minutos y tomar en pequeños sorbos y masticando bien las semillas. Esta bebida actúa como remineralizante y alcalinizante.
- Pudding de chía:
* Ingredientes:
· 1 vaso con leche de avena (200ml).
· 2-3 cucharadas de postre de semillas de chía.
· Trozos de fruta (por ej. 1/2 manzana, 1 plátano y arándanos).
· 1 cucharada sopera colmada de copos de avena extrafinos.
· Opción para endulzar (aunque con la fruta ya es suficiente): añadir una pizca de canela.
* Batir, dejar enfriar y refrigerar al menos durante dos horas en la nevera. Si se quiere, se puede añadir frutos (nueces) y semillas oleaginosas (sésamo) una vez ya se ha “solidificado”.