Metal conocido desde la prehistoria, aunque su presencia en el organismo humano se descubre en el 1935, y desde entonces se han realizado numerosos estudios científicos que detallan sus múltiples procesos bioquímicos implicados en el correcto funcionamiento del cuerpo humano.
Este mineral juega un papel muy importante en numerosos sistemas enzimáticos. En esta publicación más que detallar las numerosas reacciones biológicas donde es necesaria la intervención del cobre para una adecuada acción fisiológica, nos centraremos en su aplicación como oligoelemento catalítico (diluido y dinamizado), aplicado por la oligoterapia.
Indicaciones terapéuticas:
- Destaca principalmente por su papel antiséptico de amplio espectro (en infecciones víricas, bacterianas, fúngicas) potenciando las defensas naturales del organismo. Siendo muy efectivo en la esfera respiratoria y contribuyendo a frenar síntomas de resfriados, estados gripales y procesos infecciosos de las vías respiratorias en general.
- Posee además una interesante acción antiinflamatoria, destacando su acción en el sistema osteoarticular, resultando muy efectivo en procesos reumatológicos (ej. artritis reumatoide), al igual que en trastornos puntales como esguinces, tendinitis, lumbalgias como en procesos crónicos como artrosis u osteoartritis.
- En anemia ferropénica, se valora su aporte por su implicación en la síntesis de hemoglobina, junto con el hierro y vitamina C.
La administración como oligoelemento catalítico y el mejor vehículo para asegurar su absorción será, en este caso, el gluconato de cobre. Se toma vía sublingual y fuera de comidas.
No tiene interacciones con otros medicamentos, pudiendo ser administrado en personas polimedicadas. Es totalmente atóxico (excepto en enfermedad de Wilson, por razones obvias) y no tiene efectos secundarios. Puede ser utilizado en embarazo, lactancia y edades pediátricas.