Para las personas que no conocéis las sales de Schüssler, mencionar que existen 12 sales inorgánicas (biosales) que actúan como agentes funcionales (fisiológicos) del organismo.
Estas biosales fueron investigadas por el médico alemán Wilhelm Heinrich Schüssler, entre los años 1872-1898, y su aporte terapéutico se efectúa en pequeñas cantidades (dosis infinitesimales), siguiendo el método de dilución homeopática. De ahí a que sea una terapia totalmente atóxica, sin ningún tipo de contraindicación y sin efectos secundarios de ningún tipo.
En relación a la sal nº7 Magnesium phosphoricum, está considerada como la biosal antiespasmódica, antiinflamatoria y analgésica por excelencia, y está indicada en cuadros de dolor tanto crónicos como agudos de cualquier etiología.
Puede tomarse directamente vía sublingual, o bien en momentos de mucho dolor o inflamación se puede disolver en agua tibia-caliente (en este caso recibe el nombre de “7 caliente”) y tomarla en pequeños sorbos.
Resulta beneficiosa en dolores articulares (artrosis, artritis, reumatismos), neuralgias, calambres, dolor muscular, esguinces, etc.
Existen laboratorios que además la trabajan en pomada y se recomienda su aplicación en zonas donde haya dolor y la inflamación.